Muerte lenta, muy lenta...

Su causa la vida, su razón la existencia.

martes, 6 de julio de 2010

HIstoria

Aquella noche, en ese instante, en medio de ese bosque con olor a pino y a libertad, donde la vista, no podía mirar otro color que el verde y sus tonalidades. En aquella semi-oscuridad, que me indicaba que debía abandonar el lugar, pero no lo hice, la Luna me tenía hipnotizada,
Pues me hacía sentir su presencia hablándome al oído y diciéndome palabras extrañas y sin sentido. Me quede quieta, no me movía, mi respiración parecía que se iva a parar en cualquier momento. Más mis grandes ojos verdes no podían parar de verla, esa gran mancha arredondada en el cielo oscuro, con ese resplandor inquietante, se había convertido en lo único que podía ver, aparte de la oscuridad.
Durante este tiempo el sol se había ido y ahora me encontraba sola, en un bosque del cual no sabía el nombre, mejor dicho preferiría haberme quedado sola antes que con su presencia. Más su presencia estaba muy cerca, parecía que dentro de nada empezaría una cacería y yo resultaba ser la presa a cazar, me había convertido en el gran trofeo.
No sabía que hacer, si empezaba a correr haría lo que él quería que hiciese, si me quedaba ahí el murmullo de sus palabras me volvería loca... No podía pensar!, el tiempo se me agotaba. Me puse de pie, con una seguridad que ni yo misma se de donde saqué, empecé a caminar con un paso no muy rápido pero si seguro, noté como detrás mía su presencia iba siguiendo mis pasos y como los animales de la noche me clavaban sus miradas recordándome, ERES UNA INTRUSA.
Entonces mi cabeza empezó a pensar esa palabra, intrusa.....
Tenían razón era y soy una intrusa, estaba en su territorio, pero acaso ellos no eran a su vez unos intrusos?¿ Pues acaso alguno de ellos pidió permiso para estar en ese lugar, acaso alguien les dio permiso a ellos?¿ Acaso fueron a pedirle a la Tierra si podía ser suyo ese terreno?¿ Dudo mucho que hallan hecho cualquiera de las cosas anteriores, entonces quienes son ellos, para llamarme intrusa?¿ NO son nadie, y en tal caso de ser alguien ellos serían tan intrusos o más aún que yo. Después de que mi mente cavilara en estas palabras, parece que otra yo se apoderaba de mi, de repente chille a la oscuridad: -¡Yo no soy ninguna intrusa!
No se de donde saque esa fuerza, no se que pudo hacer que chillara en medio de la nada, fue como un impulso un impulso oculto en mi desde hace tanto tiempo.
((...))